miércoles, 12 de junio de 2013

Procesos

Desde hace meses una y otra vez las frustraciones han asaltado a mis páginas, cada vez más escasas. No soy escritora y mi carrera académica, si acaso en algún pasado podía llamarle de esa forma, se ha esfumado. Todas las mañanas mis dudas destapan todo tipo de inseguridades. Cada vez fracaso con mayor ímpetu, con mayor decisión. Yo misma desgarro mi voz, deshago mis espacios Sigo pensando que mi único asidero son los procesos, que estar en ciernes es mi condición natural, que quizá esa sea mi manera de estar en la literatura. A estas alturas no me importa exponerme, para qué guardar los secretos, si en el fondo todos albergamos el mismo miedo. La aventura se vuelve lacerante. No es mi deseo emular una condición de sufrimiento continúo, pero creo que la literatura en la que creo, sólo es posible cuando vemos nuestra verdadera imagen y después del impacto, exprimir lo que nos queda para poder decir algo que nos haga sentir reales. No sé que pueda salir de un trabajo continúo que en ocasiones llega a hundirme; puede que lo único que valga la pena sea el viaje, sin posibilidad de retorno, hacia el centro de esta selva espesa y oscura.

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